lunes, 30 de enero de 2012

RECUERDOS DE UN TESORO.

¡Esto marcha! Aquí tenemos la primera colaboración en NUESTRO blog. Es un verdadero honor porque es de alguien que hace tiempo quiso compartir conmigo una parte de todo el arte que lleva dentro, que es mucho. Hoy, lo quiere compartir con todos. No es suya solamente la magia de las palabras sino también la de cada pincelada de este óleo.
Mil gracias, Álex. POR TODO.




Recuerdos de un tesoro 

Todavía recuerdo aquel día de verano en el que el sol iluminaba, con su dorado de ámbar las, todavía, húmedas hojas de la campiña. Las gotas de rocío se escurrían entre los pétalos, dándoles brillo, lavándolos con dulzura. Las nubes se ocupaban de los efectos visuales, disminuyendo o aumentando el brillo del paisaje y los pájaros componían una rapsodia alegre y brillante. Todavía recuerdo la agitación que sentía cuando mi abuelo me contó la tarde anterior, bajo la sombra de algún gran árbol, en el cerro de la hacienda, lo que iba a hacer. Me pasé la noche en vela, soñando con aquel momento y ahora se estaba haciendo realidad. Iba tras su sombra, alargada, madura y sabia, intentando no interrumpir a la grandiosa filarmónica natural. El frescor de la mañana rozaba mis mejillas y les hacía adquirir un tono rosado, que acentuaba los restos de un sueño interrumpido y de una ilusión avivada. El abuelo cogió su azada y comenzó a remover la tierra húmeda, fresca, llena de vida, deseosa de poder transmitirla. Yo me maravillaba con el espectáculo; el hombre, con precisión y exactitud, iba haciendo un agujero, que después fue un hueco y que finalmente fue un hoyo, lo suficientemente grande como para que parte de nuestro tesoro cupiese dentro de él. Él se dio cuenta de mi fascinación y rió mientras se acercaba al otro lado del bancal y cogía el rosal. Me dijo que se parecía a mí: pequeño, no por ello menos fuerte, dócil y precioso. Con cuidado, sujetó la planta con una mano mientras que con la otra me señalaba la azada con una sonrisa en los labios. Sorprendido, comprendí lo que me quería decir y me dispuse a hacerlo. Pesaba más de lo que pensaba y me costó subirla y bajarla, hacerla detenerse en el lugar adecuado, rebuscar en la tierra, cogerla y amamantar cuidadosamente al rosal que esperaba pacientemente a que le diésemos morada. Cuando al fin estuvo firmemente sujeto, apretó la tierra con la herramienta y juntos nos deleitamos con la escena. Casualmente, un rayo de sol se posó entonces sobre aquellos pétalos rojizos, sobre aquellas esmeraldas dentadas, sobre el rosal, nuestro tesoro. Ahora, cuando veo esta planta observo que sigue siendo fuerte, dócil y hermosa y que brilla más que nunca cuando los recuerdos acuden obedientes a mi llamada.


Alejandro Villares López.

7 comentarios:

  1. Me parece realmente precioso el escrito. Conmovedor. Muchas de sus palabras tienen tanta energía e intensidad que parece que las estás viviendo. Realmente fascinante, Álex. Enhorabuena.

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  2. Jolines.... Muchas gracias... :$ La verdad es que el texto es algo impresionista, sí :)

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  3. Realmente no sé quién es Álex, pero igual que a David, me parece precioso, es de noche y aún así he visto el rosal bajo la luz del sol. Precioso.
    AAS, 1ºB

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  4. Muuuuchas gracias a todos por comentar estas obras de arte. No olvidéis que el óleo también es suyo.
    Gracias por pasaros por aquí. Sois unos soles!!

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  5. jajajjaajja Begoña, tús iempre promocionándome :D Gracias por la publicidad ¿gratuita? :DDDD

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  6. Gratuita por supuesto, faltaba más!!Un besazo!!

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  7. ¡Si es que Alex es todo un artista! A demás de un majo y super cuqui.
    El cuadro deberían exponerlo en algún sitio. Lo voy a imprimir y lo voy a colgar en la clase, ¡Qué lo sepas!
    Simplemente se puede describir al óleo, a ese texto maravilloso y a Alex como algo MAGICO.
    Sigue asi pequeño grandullón
    Kiss !

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