Supongo que todos conocéis El Principito de Antoine de Saint-Exupéry. Esta semana me ha dado por releer capítulos o partes concretas de libros que me gustan y al leer esto, me he acordado de vosotros. Espero que os haga pensar.
viernes, 17 de febrero de 2012
El Principito: La rosa.
Supongo que todos conocéis El Principito de Antoine de Saint-Exupéry. Esta semana me ha dado por releer capítulos o partes concretas de libros que me gustan y al leer esto, me he acordado de vosotros. Espero que os haga pensar.
jueves, 9 de febrero de 2012
Lucha.
La verdad ya era verdad antes de sacarla a la luz, antes de conocerla, antes de mirarla de frente.
La verdad estaba ahí acechando aunque trataras de ignorarla, aunque quisieras mirar hacia otro lado, aunque hicieras como que no te importaba.
La verdad era como un secreto que no se cuenta, como unos ojos que no se vuelven, como una palabra que no se escapa.
Estaba allí, esperando que no salieras a buscarla.
Y saliste.
Ahora la mentira tendrá que pelearse con ella. Tendrá que luchar por oscurecerla, por desfigurarla, por pasar de lado.
Tendrá que saber más que ella, tendrá que evitar sus ojos, tendrá que gritar más fuerte.
Sólo queda saber cuál de las dos se volverá antes ciega, muda o sorda.
miércoles, 8 de febrero de 2012
Para Alberto.
Hace unos días alguien me preguntó para qué sirve leer. Lo más curioso es que creo que no se estaba quejando al hacer la pregunta sino intentando que yo le diera una respuesta satisfactoria. Ante preguntas como ésta me siento pequeña, me emociono un poco, el corazón se me pone en la boca y con él hablo. Por eso pienso, que quizá, no me entendiste del todo.
Así que, preocupada porque no me gusta dejar dudas sin resolver, pensé cómo darte una mejor respuesta. Entonces, recordé esto que leí. Por supuesto, yo no comparto su idea de una vida finita, pero está bien escrito y te puede ayudar.
Alberto, espero que te sirva un poco. Doña Rosa Montero, espero que no me acuse usted de plagio. He soñado leyendo todos sus libros, que me vigilan desde la estantería mientras escribo esto.
Así que, preocupada porque no me gusta dejar dudas sin resolver, pensé cómo darte una mejor respuesta. Entonces, recordé esto que leí. Por supuesto, yo no comparto su idea de una vida finita, pero está bien escrito y te puede ayudar.
Alberto, espero que te sirva un poco. Doña Rosa Montero, espero que no me acuse usted de plagio. He soñado leyendo todos sus libros, que me vigilan desde la estantería mientras escribo esto.
"Siempre me ha dado pena la gente que no lee, y no ya porque
sean más incultos, que lo son; o porque estén más indefensos y sean menos
libres, que también, sino, sobre todo, porque viven muchísimo menos. La gran
tragedia de los seres humanos es haber venido al mundo llenos de ansias de
vivir y estar condenados a una existencia efímera. Las vidas son siempre mucho
más pequeñas que nuestros sueños; incluso la vida del hombre o de la mujer más
grandes es infinitamente más estrecha que sus deseos. La vida nos aprieta en
las axilas, como un traje mal hecho. Por eso necesitamos leer, e ir al teatro o
al cine. Necesitamos vivirnos a lo ancho en otras existencias, para compensar
la finitud. Y no hay vida virtual más poderosa ni más hipnotizante que la que
nos ofrece la literatura. Estoy convencida de que a todos los humanos nos
aguarda en algún rincón del mundo el libro que sería perfecto para nosotros, la
lectura que nos abriría las puertas de ese mundo maravilloso que es la
literatura. De modo que aquellos a quienes no les gusta la lectura sólo serían
individuos que aún no han tenido la suerte de encontrar su precioso libro-llave
personal. Verán, yo creo mucho más en esta predestinación que en la amorosa. En
realidad me es bastante difícil confiar en la existencia de la media naranja
sentimental, de un alma gemela que ande pululando por ahí a la espera de que un
día nos tropecemos. Pero en los libros, ah, eso sí: en los libros sí creo. En el susurro embriagador de las buenas novelas. En las historias que parecen estar escritas
sólo para mí.
Porque,
cuando nos gusta un libro, siempre nos parece que sus páginas nos hablan
directamente al corazón, que sus palabras son nuestras y sólo nuestras. Y en
alguna medida es cierto que es así, porque al leer completamos la obra, la interpretamos,
la enriquecemos con nuestra necesidad y nuestra pasión. No hay dos lecturas
iguales. Ahora bien: aunque la experiencia
de la lectura sea única, lo cierto es que gracias a los libros nos
hermanamos. Cuando, yendo en el metro o en un avión, voe a alguien ensimismado
en una novela que a mí me ha gustado, siento una instantánea afinidad con esa
persona. ¡De algún modo me encuentro dentro de su cabeza y de sus emociones! Yo
también he estado allí y he vivido lo que él o ella está viviendo. Gracias a
los libros compartimos nuestros sentimientos, aprendemos de los demás y nos
sentimos acompañados no sólo en nuestra pequeña existencia, sino en algo mucho
más general, mucho más grande que nosotros, algo que nos engloba a través del
tiempo y del espacio. ¿No es prodigioso poder vibrar con las palabras de
alguien que lleva muerto un siglo, por ejemplo? Cuánta esperanza hay en el acto
de leer. La esperanza de poder entender a otro ser humano. De sumarte a su
fugaz trayecto por la vida.
Para mí los libros son
verdaderos talismanes. Me parece que, si tengo algo a mano para leer, puedo ser
capaz de aguantar casi todo. Son un antídoto para el dolor, un calmante para la
desesperación, un excitante contra el aburrimiento."
Montero R., (2011), El amor de mi vida, Alfaguara, Madrid, pp. 14-15
lunes, 6 de febrero de 2012
Recordatorio.
Me llegó este vídeo ya hace años y hoy lo he vuelto a recordar gracias a Cristina Vallés de 1º de Bachillerato. Mil gracias, Cristina y mil gracias a todos lo que hacéis que todo sea un poco mejor para los que os rodeamos.
viernes, 3 de febrero de 2012
ELOGIO DE LA VIDA POR BEATRIZ RIVERO.
De pronto, me he puesto a mirar fotos de hace tiempo y me ha venido este poema a la cabeza. Supongo que me llevaba acechando varios días. Espero que os guste.
ELOGIO DE LA VIDA por Beatriz Rivero.
Qué hermoso es estar vivos,
intensamente vivos y disfrutarlo todo
desde la entraña misma de la vida.
Aspirar por ejemplo con hondura
el aroma del pan recién horneado
y sentirnos sembrados de trigales,
de buena levadura,
de manos amorosas que le dieron
un sabor celestial con su dulzura.
Gozar con el saludo del vecino,
con la risa infantil que pedalea
sobre el viejo triciclo,
con el vuelo armonioso de las aves,
con la verde canción que canta el grillo
o con la lluvia mansa
cuando pinta con sus pecas de hielo
los cristales.
Hay demasiada muerte a nuestro lado
y para derrotarla
hay que seguir viviendo,
gozando la palmada del sol cada mañana
y su abrazo fraterno y compañero,
el viento redondeando las naranjas,
el olor de crispetas dominguero
y el ballet de palomas en los parques
bajo el canto pregón de los venteros.
Disfrutar de los besos, de la música,
de nuestros pasos sobre el pavimento,
de poder abrazar un amigo,
de gritar un te quiero,
de un libro viejo y un café caliente
en las noches de invierno,
y de esa fuerza inmensa de que está hecha el alma
que nos ayuda a derrotar por siempre el sufrimiento.
Hay que gozarlo todo,
no importa cuántos años habiten nuestros huesos.
Si son pocos, gocemos
de la limpia tersura
que adorna nuestro cuerpo,
descubramos el mundo a cada paso
desde la hormiga humilde hasta el lucero
y saquemos de adentro la alegría
para estrenarla a diario
como un vestido nuevo.
Hay que seguir gozando de la vida
aunque ese escultor llamado tiempo
haya tallado en nuestro rostro arrugas
o haya encorvado un poco nuestro cuerpo.
Hora es de cosechar amaneceres,
de disfrutar silencios,
de asombrarnos de nuevo con el mundo,
de mirarnos por dentro
y sabernos preñados de alegría,
sin miedo a soledades ni a recuerdos.
Hay que vivir la vida a cada instante
con un gozo infinito, con agradecimiento,
y cual si fuera una cometa enamorada
de algún pedazo azul de firmamento,
soltarle su cordel para que vuele
desposada por siempre con el viento,
hasta encontrar a Dios
para contarle,
con palabras redondas de contento
que fue maravilloso haber vivido
con honradez, pasión y sentimiento.
jueves, 2 de febrero de 2012
Para mirar e imaginar.
Hola de nuevo. Ana de 1º B ESO nos ha mandado estas dos fotos tan chulas. ¡Me encantan! Me gustaría que, si alguna vez mandáis fotos, escribáis algo sobre por qué os gustan en inglés o en español. Estas las vamos a usar para hacer descripciones en clase de Inglés, ¡pero ya!
Ana, muchisimas gracias.
miércoles, 1 de febrero de 2012
De cabeza.
Hoy lo vi. Estrellado por despiste como dice su autor, que lo titula para delicia mía: "Accidente aéreo". Lleva ahí arriba desde hace seis años, en un edificio donde pocos vecinos saben cómo aterrizó sobre sus cabezas. Un hombre que sobrevuela la ciudad y, de pronto, cae en una azotea, se retuerce un brazo y abre un edificio con un golpe de su cabeza. Una cabeza color turquesa, de bronce para más señas, que no puedes observar desde abajo. Pero te atrapa, a pesar de los andamios que hay en la esquina de enfrente, donde se le ve patas arriba como el ánimo algunos días, te atrapa. Si además hace sol, estás de buen humor y has disfrutado perdiéndote viendo un mercado, la plaza del mismo y mil calles que te recuerdan a antiguos oficios, es una delicia apoyarte en la pared y mirarlo.
Sabes que presumes de mirar para arriba, de ser inquieto, de conocer Madrid, de saber mil historias. Pero en un momento comprendes lo que te gusta que otros te enseñen, lo que te gusta sorprenderte, lo poco que te importa ir de cabeza muchos días, como ese ser que ves, si luego hay tardes que te deparan deliciosos paseos con las pecas al sol.
Y todo esto me ha llevado al autor de la obra y a esta frase suya que tanto me sugiere: "El tiempo es sólo un concepto cerrado por el lenguaje. Abrámoslo. ¿Por qué no creer que, en otro tiempo, un tipo tarda miles de años en ir a por el pan?". Por lo que se ve este tipo no llegó.
Y esto es solo una foto, pero pásate por la calle de los Milaneses 3 y lo verás. Yo lo vi gracias a alguien que decidió compartir una imagen y una historia un día conmigo. Javier, siempre, gracias :)
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